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   Un perro es leal a su amo, y en el caso de este SABUESO, es leal a sus lectores en Nicaragua y el mundo entero, guau, guau, así que no tengo cola que me machuquen, ni un pelo de baboso, pero sobre todo un color político que me inhiba - palabrita de moda - de hablar sobre lo que ocurre en estas elecciones que se aproximan, pero sobre todo la campaña electoral de cada partido que está contendiendo.

    En primer lugar, no se debe echar mano de métodos innobles para crear conciencia y ganar adeptos a un partido o color político. Por ejemplo, eso de estar tomando frases fuera de contexto para hacer un crucigrama, no es una buena técnica para candidatos que dicen que son democratas y desean una mejor Nicaragua.  Miremos esto:
   José dice: "Yo no quiero a María, la amo y adoro"
     
       Pero viene Pedro, que también quiere a María, y le enseña sólo lo que le conviene de la carta de José:

    José dice:  "Yo no quiero a María"

        Y claro, María, se encachimba con José y acepta a Pedro, pero como entre cielo y tierra no hay nada oculto, José, le muestra a María, la carta en su totalidad, y finalmente Pedro, se queda como la novia de Tola, toda vestida y alborotada, pero el cual sería una justicia divina que calza en el dedo.  Por ello, no hagan ese tipo de cosas, porque es ENGAÑAR al votante.   

        Por otro lado.   Utilizar las canciones más pegajosas de los 60, 70, 80 o los que hoy en día esta sonando en la radio, no es mala técnica siempre y cuando le paguen los derechos de autor a sus propietarios, quienes no se opondrían, salvo que sean ideologos, y todos estaremos felices, porque quien pretende respetar los derechos de terceros debe empezar por enseñar con la cancelación de los estipendios que le costaron al compositor, romperse la chaveta, creando esas melodías.  Es fácil, simplemente cambiar la letra a conveniencia cuando ya la canción esta hecha. Así cualquiera.

         No seamos como cuando llega el día de la madre, que solo ese día nos acordamos que alguien nos pareo.  Ahi vemos en las campañas electorales a todos los que ahora desean reelegirse como diputados, abrazando viejitas, cargando bebés cagados, y besando a cuantos se dejan, además de regalar gorras, camisetas, vehículos, zinc, chanchito, etc.   Eso debe ser todos los días del año mientras están en el cargo.  Hay diputados que jamás se dignaron a visitar los barrios de sus comarcas, ni menos atender a pobladores humildes mientras ganaban sus salarios. Ahora, como si fueran estrellas de cine o de la farandula, aparecen codeandose con el pueblo, y muchos de ellos que ni siquieran los conocemos porque pasaron detrás de los escritorios y jamás en las calles.   Eso es algo que debe cambiar en la cultura política. El pueblo no sólo existe en temporada electoral.

            Es cierto que debe evitarse que quien gobierna haga uso de los recursos del Estado, que implica una competencia desleal o ventajosa sobre el resto de los contendientes, pues no se debe mezclar su responsabilidad como Administrador de un país con sus pretensiones de reelección.   Si hay un camino que se debe reparar, no se debe anunciar que ello se hará una vez que se gane las elecciones.  Ni tampoco que muchos cambios se veran a favor del pueblo luego de las elecciones, porque sutilmente se está condicionando el voto a beneficios del pueblo.   Ser un estadista es diferente a un aprovechado.   Proceder a favor del pueblo es un don que Dios le da a un gobernante al llegar a la Presidencia, no para esperar que el Pueblo lo bese por cada cosa que haga, o escribir su nombre en la página de la historia.  Ser Presidente es un honor de quien llega a esa silla, y no un título nobiliario.  

               Hay que dejar de desvalorar a los candidatos, que si ese está panzón, o el otro viejo, ó si al otro le cuelga la piel del cuello, o que si él otro ya esta pelón, etc., se debe tener una campaña de altura, donde lo que implique es el respeto a los adversarios y a sus partidarios, no solo por parte de los partidos políticos sino de las instituciones del gobierno y Estado.   No se debe confundir una cosa con la otra. La policía es una entidad al servicio del pueblo, y por tanto, debe ser imparcial y objetiva en sus actuaciones.   Las denuncias por cédula tienen un fundamento y razón de ser, que no debe ser acallada por la policía nacional, sino que debe escuchar antes de actuar y buscar una solución con las autoridades pertinentes. 

               Finalmente cuando terminen las elecciones a ver si la calma regresa a Nicaragua, y que alguien levante la basura de toneladas de papel, afiches y guaro que todo el mundo lanza a las calles luego del anuncio de los resultados.


  

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